En el ámbito comercial, la Inteligencia Artificial (IA) abarca sistemas que simulan la inteligencia humana para optimizar operaciones. Los Asistentes IA automatizan interacciones con clientes y soporte. Los LLMs (Large Language Models) generan y comprenden texto, siendo vitales para contenido y marketing personalizado. El MCP (Model Context Protocol) es un estándar que permite a los LLMs interactuar con datos y APIs externas en tiempo real, brindando información contextualizada para acciones comerciales.

La Inteligencia Artificial (IA) es un campo amplio que busca que las máquinas simulen la inteligencia humana para realizar tareas. El Aprendizaje Automático (AA o Machine Learning) es un subcampo de la IA. Permite que las máquinas aprendan de los datos y mejoren su rendimiento sin ser programadas explícitamente, siendo el motor principal de muchas aplicaciones de IA.

La IA está transformando el mercado laboral, no solo reemplazando sino también complementando y creando empleos. Si bien automatiza tareas repetitivas, puede aumentar la productividad humana y generar nuevas funciones en desarrollo, mantenimiento e interacción con la IA. Históricamente, cada revolución tecnológica ha provocado cambios similares, con una reestructuración de habilidades y la aparición de nuevas oportunidades. La clave radica en la adaptación y el desarrollo de nuevas competencias.

La Inteligencia Artificial se categoriza principalmente por su nivel de capacidad: la IA Débil (o estrecha), que es la que existe actualmente, se enfoca en tareas específicas (como asistentes de voz); la IA General (AGI), un concepto teórico, busca la inteligencia humana en cualquier dominio; y la Superinteligencia Artificial (ASI), también teórica, superaría la capacidad humana. Una clasificación alternativa considera su funcionalidad: desde máquinas reactivas sin memoria, hasta sistemas con memoria limitada (la mayoría de la IA actual), y los conceptos futuros de Teoría de la Mente y Autoconciencia.